Tupida de madreselvas
evoco tiempos remotos.
El reloj se hizo polvo entre desiertas
manos tapizadas de musgo.
Plantada en el umbral de esta noche aciaga,
busco en ojos extraños, la luz que no dieron
los que habitaban cercanos.
Si el Sol se apagase, habría que recurrir
a lámparas de aceite y carne.
Si el Sol no alumbrara, ningún leño calentaría
el corazón helado.
El Mundo rueda por carreteras Cósmicas,
los planetas lo cortejan mientras
satélites y meteoros juegan al corro
en el recreo del aula de aprendizaje.
Y me siento en el umbral cansada de esperar
al profesor de ciencias naturales....
MarianGardi©