Todos necesitamos tener sueños, si no, la vida seria lamentable y enormemente aburrida.
Los sueños nos estimulan, porque pensamos, hoy estoy aquí, pero mañana puedo estar donde imagino,
donde quiero estar.
Y es esa ilusión la que nos da la fuerza para seguir avanzando.
Ya dije que cuando uno hace de un sueño una obsesión, se cumple, dicho por especialistas y corroborado
por todos aquellos que han conseguido llegar a la meta que se han propuesto.
Es cierto que el sueño que yo soñaba era el más difícil de conseguir, porque si consigues ese, ya no necesitas
nada más. No necesitas nada más para ser feliz.
Yo era inconsciente del peligro de mi búsqueda, ahora con el paso de los años, me doy cuenta de que me arriesgué mucho y me precipité siempre a darlo todo por nada.
Mi sueño era encontrar el verdadero Amor de pareja y creía ciegamente en él, porque yo lo llevaba en mi interior y quería compartirlo, pero no fue así y comencé a vivir un calvario particular, un vía crucis con paradas y estaciones. En cada enamoramiento las decepciones eran verdaderos cuchillos que me traspasaban. Pero mi sueño seguía vivo y con la misma fuerza y la misma obsesión de cumplirse!
Les cuento por encima, si no, que voy a contar el día que escriba mis memorias jejeje
Pedía tanto al cielo por alcanzar mi sueño, que años después de divorciarme por malos tratos, conocí a un hombre soltero, algo mas joven que yo, espiritual, creyente, un hombre de fe, nos tratamos un año por cartas y visitas y cuando me dijo que los Ángeles le habían hecho ver que yo era su chica, yo no podía fallar, tantos años pidiendo al cielo que cumpliera mi sueño, era èl sin duda, físicamente no estaba mal, aunque no era mi tipo, pero qué importa el físico cuando se busca el verdadero Amor?
Me transladè de Ciudad y me fui a otra bastante lejos de donde yo vivía, pronto me di cuenta que estaba viviendo con un autista, para mí, claro, porque hablaba con todas las personas que venían a nuestra casa, menos conmigo.
Unos cuatro años después decidí abandonarle y me despedí con un simple adiós, eso sí, con el camión de las mudanzas en la puerta para transportar todas mis cosas.
Mi obsesivo sueño por mucho que el destino parecía querer matarlo, seguía vivo.
Por mas decepciones o desengaños que tenia, yo no perdía la esperanza.
Conocía a mujeres que con una sola y gran decepción habían matado el sueño.
Ya no querían repetir, para no sufrir.
Sin embargo mi sueño siempre salia ileso de las experiencias negativas.
Yo sabia que el Amor existía, me lo habían contado, lo presentía, lo sentía palpitando dentro de mí.
Pasó el tiempo y me enamoré, eso que se suele decir como loca, eramos dos locos de amor, esta vez
sí era mi tipo, alto 1,83 de estatura, cuerpo atlético, trasero de los que nos gustan a las mujeres. Un gaditano divorciado, sin hijos, 8 años más joven que yo, adepto al sexo, con él conocí el kama sutra y el sutra kama, hoy desde la perspectiva de los años y sin kama sutra, me digo que el destino fue generoso conmigo al dejarme vivir experiencias sexuales que muchas mujeres nunca conocerán.
Todo fue maravilloso, hasta que comenzamos a vivir juntos, la pasión se volvió celos enfermizos, controlaba cada paso que daba y a quién miraba, si salia de compras y llegaba cinco minutos después era una subida de tono insoportable con faltas de respeto.
Vivíamos en Granada y una noche invité a unos vecinos a tomar unas cañas en casa con tapas, èl no los conocía, yo al marido de ella tampoco, estaba muy ilusionada con el encuentro, podían ser futuros amigos
para salir los cuatro juntos o reunirnos en casa para cenar.
Llegaron sin conocernos y comenzamos a beber y ha hablar, no se cómo surgió el tema de las parejas y me da por decir que él era un poco celoso, se puso histérico a dar gritos, yo le dije cálmate yo te hablo sin gritos, tù por què gritas?
Se levantó del sofá y dijo dando voces, "Grito, porque estoy en mi casa y me sale de los cojones!!"
Pensé que moría de la vergüenza, me fui al cuarto a llorar y no pude salir a dar la cara, pedir disculpas a mis invitados, ni para despedirlos, estaba muerta de vergüenza.
Era tal la vergüenza que me hizo pasar que cuando llegó a la habitación le dije, no tienes nada que decir?
Esperaba que se disculpara, pero me dijo: "yo no hice nada malo, has sido tù la que me has provocado a decir esto. Eres tù la que tienes que disculparte". Aquí ya dije se acabó.
El gran amor duró siete meses. Era tan grande y apasionado que se consumió en cuatro
incendios.
En la última explosiòn le puse su ropa en una maleta, no tenia nada mas de él en la casa y le pedí que se fuera, me hizo caso, por la noche cuando escuchaba un coche, corría al balcón, creía que regresaba a pedirme perdón y a decirme que todo iba a cambiar. No volvió.
Como mi amor era grande, fui a buscarle, nunca me perdonó que le dijera que se fuera, hoy le doy las gracias, no sè cuanto más me hubiera hecho sufrir, eso que me ha evitado.
Hay mujeres que por un amor tan grande hubieran aguantado esa actitud, de hecho se que hay mujeres que soportan todo, como también hay hombres que soportan todo de sus parejas.
Yo por mis exigencias internas, he pasado y paso muchas vergüenzas ajenas y lo sigo llevando muy mal.
No entiendo ciertas actitudes.
Parecía que la obsesión de mi sueño se cumplía pero al revés, por màs que clamaba menos era escuchada,
o más pruebas tenia que pasar, si lo que yo anhelaba era algo tan sencillo. Comprenderse, amarse, ayudarse, ser cómplice de tu pareja, cuidarlo, atender sus deseos y el los tuyos, ser feliz haciéndole feliz y a la inversa.
Para mí eran cosas, son cosas muy fáciles.
Había encontrado hombres de variados caracteres, con mas poder económico y con menos, con más cultura y con menos, pero la suerte no estaba de mi parte.
Podía conducir un Mercedes, irme al extranjero de vacaciones, tener tarjetas de crédito, pero eso no era mi sueño, yo no soñaba con el bienestar económico. Yo soñaba con encontrar a mi cómplice, el que iba a comprenderme y a escucharme, el que iba a valorar lo que yo era, junto el tesoro de amor que yo iba a entregarle.
Por qué, otras lo conseguían y yo no?
Estoy agotada ya, seguimos en la próxima entrada que me muerooo de sueño