De Rosa Mantero
En 1990, en medio del mayor fracaso de su vida pública, que fue su fracaso como político, le preguntaron a Mario Vargas Llosa para qué escribía. Y este hombre al que muchos ven como el Clark Kent de la escritura, el infatigable y robusto autor de novelas como La guerra del fin del mundo o Conversación en la Catedral, respondió: "Para escapar de la pena".
Es común, para eso dicen muchos escritores que se ponen ante la máquina de escribir, ante el papel y ante el ordenador; para ordenar la vida, para escapar de la pena. Esta mañana, en Santillana del Mar, ante el auditorio de la serie Lecciones y maestras, lo dijo de muchas maneras Rosa Montero, la autora de "Crónica del desamor" y de una docena de novelas en las que poco a poco ha ido ganando peso su capacidad para contar lo propio y lo ajeno sin desdeñar ni el dolor propio ni la compasión por el dolor ajeno.
Ella dijo que durante algún tiempo consideró que contar el dolor propio era indicio de un exhibicionismo que considera impúdico y literariamente improcedente; y luego ha ido viendo que la narración del propio dolor, siempre que aspire a alcanzar los límites que requiere la literatura, es perfectamente legítimo.
Fue una confesión literaria de gran calado personal, como lo había sido el relato anterior, en la misma serie, de Héctor Aguilar Camín. Como si esa literatura del testimonio íntimo estuviera abriéndose paso en los autores como la explicación más auténtica de aquello a lo que aspiran: a comunicar qué pasa diciendo en primer lugar qué les pasa. Rosa Montero fue siempre, desde aquella primera novela que se cruzó en su vida el testimonio de una generación (lo dijo Elvira Lindo, lo dijo Lola Larumbe) que estaba sintiendo más o menos lo mismo que ella escribió, una mujer entrañada en su tiempo, un testigo radical de lo que ocurría.
Jamás dejó de estar comprometida, como periodista, como novelista, como ciudadana, ante el devenir de los sucesos, políticos, culturales, sociales; sus entrevistas (y ha sido una de las mejores entrevistadoras de Europa, lo sería todavía, si se lo propone otra vez) han sido históricos retratos de personajes que a otros se nos hubieran escapado vivos; cuando se empeñó en la ficción, que es ahora su trabajo principal, aparte de sus columnas en EL PAÍS, Rosa Montero alternó la ciencia ficción (o la ficción) con el examen de los materiales narrativos que constituyen el trabajo de un narrador, además de adentrarse en el relato de vidas que se parecen, como en Crónica del desamor, a las vidas que realmente pasan.
Ella es consciente de que en ella habita la loca de la casa, la imaginación, y atiende a su latido, a veces con más prontitud, a veces con más dificultad. Su discurso de esta mañana es una expresión sincera, y por eso fue aplaudida, de una preocupación verdadera: cómo contar sin dejar nunca de mirar hacia adentro. La encontré más sosegada que nunca, como si en efecto el dolor del que habla le haya ayudado a comprender aún más el sentido que siempre tuvo su velocidad, su imperiosa velocidad para ir a las cosas: entender cuanto antes para explicar cuanto antes.
El sosiego de ahora, su madurez, no le ha restado a Rosa Montero ni un átomo de su frescura, pero le ha dado una hondura que sólo dan los ojos cuando saben de qué textura es el interior de los dramas. Su carta de batalla por la escritura fue, en definitiva, una saludable lección contemporánea, de una mujer que ha pasado por casi todo lo que ha pasado su generación, incluyendo lo peor que pasa cualquiera que quiera mirar hacia adentro pareciendo que mira a los lados. Con Vargas Llosa, Rosa hoy decía, y lo dijo, que se escribe para escapar de la pena, pero contando la pena.
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Estoy totalmente de acuerdo con las palabras de Rosa Montero, aunque su estilo cómo escritora no es de los que más me gustan entre las mujeres escritoras que tenemos en España, tampoco me atrapa el estilo de Maruja Torres y sus participaciones en los premios de la " Sonrisa Vertical", literatura erotica. El erotismo en la literatura me gusta racionado, un poquito de sal y pimienta, un poco de picante sí, sin llegar a la morbosidad lujuriosa.
Tengo el defecto de que me gustan los realmente buenisimos como por ejemplo: Carmen Martín Gaite. Un autentico talento de letras, desde que leí su novela "Nubosidad variable" me cautivó su finura y su forma de narrar, como si la tuvieras enfrente y te hablara en persona, es ésta forma de escribir la que a mí toca, me atrae y la hago mía. Las otras me aburren y más las de aventuras, para ver aventuras ya tengo el cine, aunque cuando fui a ver el "Capitan Alatriste" vaya decepción, sólo se salvaban para mi gusto los cuadros de de las imágenes imitando a Velázquez. Perez Reverte, por cierto paisano mío, nacido en Cartagena, periodista de guerra, se llenó de imágenes de aventuras y las escribe y tiene éxito, sobre todo entre los lectores masculinos.
Hay quien piensa que hay una lectura para hombres y otra para mujeres, un escritor que no recuerdo ahora quién fue, dijo que no había escritores para los dos sexos, sólo había escritores malos y escritores buenos.
Tengo que confesar que de Mario Vargas Llosa he leído alguna de sus novelas de aventura y he disfrutado, no puedo generalizar.
Sin embargo en el "Señor de los anillos" me salí del cine en la mitad, no pude soportar tanto derroche de fantasía y el libro de Tolkien tampoco ¡Menuda paliza! Es mi opinión ¿Se nota que amo la escritura intimista?
Amo el realismo mágico, o neo-fantasia, géneros como los de "Cien años de soledad" de Gabriel Garcia Marquez o la "Metamorfosis" de Kafka, ya os dije que amaba a los muy, muy buenos, también amo la Ciencia Ficción bien hecha o escrita.
Mi género preferido y por el que me decanto es la neo-fantasia, o lo que es igual el realismo mágico.
Hice dos talleres de literatura por Internet, uno de ellos de pago en Escritores Org, 62 euros al mes, por si hay alguien a quien pueda interesarle.
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MarianGardi
La humildad de reconocer que se escribe con las heridas abiertas en la mano y en la pluma, es un merito de pocos. El escritor que tiene la valentía de decir, escribo porque necesito hacerlo como una catarsis de mi propia existencia, para mitigar eso que me ahoga por dentro y que se libera a partir de las letras, es algo que todos agradecemos, no estamos ante la escritura de ningún dios, simples hombres y mujeres a la par de todos, con todo lo que eso conlleva el ser tan humanos.
ResponderEliminarMe ha gustado leerlo. Te dejo un gran abrazo.
Anouna
Hola Marian, tengo la impresión que las mujeres tienen un problema con contar sus intimidades y experiencias; por ello me explico que Rosa Montero se halla expresado así, creo que cuando la mujer empieza a describir su mundo íntimo realmente crea una literatura desonocida y muy innovadora. Un gran abrazo.
ResponderEliminarPara escapar dela pena... o para intentar matarla.
ResponderEliminarCreo que escribo por ese motivo.
Si.
Totalmente de acuerdo.
Besos.
Anouna, las catarsis no creo que sean literatura, son mas bien desahogo, ahora si las metemos en al coctelera y las servimos bien mezcladas con otros ingredientes, en el caso novela, una catarsis seria una Biografía, en la poesía ni siquiera llegarían a versos, seria más bien nuestro dolor o fracasos versados.
ResponderEliminarIntroducirla de gota en gota, seria, creo, conveniente.
Un fuerte abrazo Anouna
Drac, las mujeres nunca deberian de contar en primera persona intimidades o experiencias, a no ser, con alguien de mucha confianza y ni aún así, porque luego, el menos que esperas, te traiciona.
ResponderEliminarAhora bien, en sus novelas, las puede decir en boca de una de sus protagonistas y quedaría de lujo, más si la experiencia ha sido real.
¿Qué mejor contarla que quien la ha vivido?
Esto daría más credibilidad al personaje y más fuerza y enjundia (profundidad).
Un fuerte abrazo Drac
Toro, yo siempre he dicho que escribo por amor, y así lo siento, el deseo de comunicar con las personas, el deseo de sentirme aceptada y amada y yo a ellos, esto es primordial para mí.
ResponderEliminarDesde la intimidad y la impersonalidad de la escritura los amas, ellos lo permiten, estás allí a su ladito en lo más intimo que poseemos que es el silencio y la concentración y, allí el escritor mágicamente, usa la varita mágica y los lleva por mundos que él o ella ha imaginado.Es un verdadero acto de Amor, más intimo imposible.
Yo seria sumamente feliz sabiéndome bien acogida en ésta intimidad y aprecio.
Para mí seria lo más, de lo más, como se dice vulgarmente.
Besos Toro.
Toro de echo aquí en los blogs, hacemos algo parecido en menor escala.
ResponderEliminarTambién nos acogemos unos a otros en nuestro silencio y concentración.
"Si difieres de mí, en vez de perjudicarme me enriqueces".
ResponderEliminarAntoine de Saint-Exupéry
Que curioso que, en la primera visita que hago a tu blog, me de la bienvenida una cita de Antoine de Saint-Exupéry. Es uno de mis escritores favoritos y “El principito” es uno de mis libros de cabecera.
He paseado por tu blog y, aunque necesitaré más inmersiones, me ha gustado lo que he visto. Me gustan tus razones para escribir. El amor por la literatura y el corazón son buenos zapatos para caminar por el mundo de la escritura...y la vida.
Un abrazo.
Gracias Jesús, ya estoy pidiendo información en el Parador, es el sitio ideal para quedarse a dormir, y además está en el mismo sitio donde se hace la cena.
ResponderEliminar¡Jooo, que bien lo vamos a pasar!
Estos encuentros nos da mucha motivación para continuar escribiendo y llegar lejos.
Yo escribo para superarme, no para perder el tiempo. Y estos encuentros son muy deseables.
¡Hasta pronto Jesús!
Mari Carmen, sé bienvenida, a mi me encanta el Principito también ¿y a quién no? algo tan dulce y tierno y tantas cosas interesantes que nos sugiere y comparte ese pequeño libro, todo un cuento para mayores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Marián:
ResponderEliminarTú ya estás fuera del anonimato, otra cosa es ser mundialmente reconocida. Eso no es imposible, pero con esa extraordinaria motivación que te guía, nunca tires la pluma. Sigue amiga que vales mucho.
Un beso de todo corazón.
Cris.
Cris, aunque tenga un blog de poesía en Internet, sigo siendo anónima.
ResponderEliminarY ser mundialmente reconocida, tampoco es eso.
Con que te reconozcan en tu País ya es mucho. No hace falta que pasen tus trabajos en mil lenguas. Eso ya queda para los Inmortales.
¡Ni tanto, ni nada, de nada! jejeje
De momento tengo motivación que eso ya es mucho.
Y si tú me dices que valgo, me lo creo que yo soy muy crédula jejeje
Un beso y un abrazo querida Cris
gran entrada la de hoy; hace reflexionar.
ResponderEliminarbesitos y buen día cielo...
Angeles, hablar sobre literatura siempre es interesante.
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana
Estimada Marian amiga:
ResponderEliminarMuchos, como en mi caso, escribimos para exorcizar nuestros propios demonios: penas, hastío, desamor, abandono, incomprensión... La mayoría, eso sí, para salir del cruel anonimato, de ese sentimiento de incomunicación que lleva esta especie desde siempre. Hacerse notar como el pavo real. Ese es un gran objetivo.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Frank, no creo que los escritores escriban por hacerse notar, entonces serian unos escritores pésimos, o sea, malos en todos los sentidos, un buen escritor ha de ser una persona noble y humilde, si no, su obra será de baja calidad y por lo tanto no llegaría demasiado lejos en el tiempo.
ResponderEliminarEsto lo leí en un articulo y qué razón tenía quien lo escribió.
Aunque malas personas o irrespetuosas y buenos escritores también los hemos conocido.
El escritor en principio ha de disfrutar con lo que hace, ¿porque si él no disfruta, cómo van a disfrutar los demás?
Abrazos Frank si no, en poesía verdadera al menos sincera.
Marian, no puedo estar más de acuerdo contigo, ratifico todo lo que has escrito en tu texto, línea a línea.
ResponderEliminarCuando algo no me gusta lo dejo y si estoy en el cine y no lo puedo soportar me voy sin mas...
Un abrazo
Maite
Me parecen muy buenas las reflexiones que haces en cuanto a gustos, y preferencias, tanto literarias como cinematográficas.
ResponderEliminarSoy muy sencillo, por tanto me gustan las cosas sencillas, en las letras, la exposición con claridad y dejandote fondo, y en el cine, más el fondo que la forma.
Como ejemplo, me gustó mucho "Ahora o nunca"
magnífica película de Rob Reiner y con un reparto de lujo: Jack Nicholson en el papel de un empresario millonario, y Morgan Freeman como profesor de filosofía.
Un beso.
Marian amiga:
ResponderEliminarLos escritores o poetas grandes son pocos, poquísimos en relación al gran mar de arena que representa el resto, y sí: por lo general son muy humildes (los primeros) porque no deben desgañitarse para hacerse sentir. Son pocos los genios anónimos.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
P.D. No siempre lo que dice un artículo es la verdad, desconfía de las lecturas y de las cosas que te presentan a diario los medios de comunicación. Saco conclusiones más con la realidad propia como humano, pues este mundo de avasalladora información es muy truculento.
Maite, haces muy bien.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo compañera.
escribir desde adentro siendo fiel a uno mismo, con pasión, con amor,haciendo que cada letra valga la pena de ser leída.
ResponderEliminareso llega a los otros, trasiende tu propia vida,te dejo un beso.
Terly, alguien me dijo una vez, que las cosas sencillas eran las más complejas. Hoy en día, entiendo el por qué, antes no lo pude comprender.
ResponderEliminarLa película que me dices no la he visto, seguro que es preciosa, Jack Nicholson me gusta mucho como trabaja. Un francés diría: "Me gusta mucho como juega" A actuar le llaman jugar. O sea, que los actores deben de estar jugando. ¡Ce la foli! (Es de locos).
Besos querido Terly
Frank, los Genios anónimos si los hubiera, no los conocemos. Vamos a pensar que tiene que haberlos y no han querido estar en las vitrinas de la fama.
ResponderEliminarFrank, éste articulo es de una escritora.
No tiene por qué mentir.
Es cierto que hay que desconfiar mucho de lo que leemos en Internet, no siempre es la realidad, eso es cierto, lo sé Frank, lo sé.
Pero éste artículo en concreto me parece un articulo sensato, no dice tonterías.
Un abrazo fraternal en amistad y Poesía sinceras
Marían,
ResponderEliminarYo estuve en la Escuela de Letras de Madrid, del 92 al 95, Rosa Montero fue una de mis profesoras, sin embargo a mi me marcó ALEJANDRO GÁNDARA, que como a Marías decubrió Benet. Deberías de Leer "El día de Hoy" de Alejandro Gándara.
Besos